Durante el proceso de fundación, fueron
varias las posibilidades que se barajaron en la mesa de los asambleístas, para
que Atlético Paraná tuviera un distintivo. Un emblema diplomático, destinado a
desarrollar firmemente un camino de honestidad, pasión y grandeza.
En ese marco, se ubicó la singular
silueta del primer escudo. Donde se patentó, la figura de una “Torre/Castillo”,
como representación al arma de ingenieros, y caracterizando, a los patrióticos
del ejército nacional.
A partir de allí, se avanzó en la cesión
de construir una fisonomía, que cubra los principales rasgos del lugar, y
alcance la conformidad de los precursores. Amador Bustos y Andrés Ghio,
sellaron las hojas del acta fundacional, con un grabado, que ilustraba el
escudo dibujado por Francisco de Torres en el siglo XVI, y el cual, fue
adoptado por la provincia de Córdoba en 1925.
En estas condiciones, el español citaba
un castillo con siete banderas, puestas en lo alto, y al pie, dos ríos
caudales; teniendo como significado “la fortaleza de los conquistadores sobre
sus tierras”.
De esta manera, el escudo gozaba del
legado y los atavismos instaurados por batalladores del antepasado, que
implantaron con convicción, el interés del arroyo como estandarte. A ese
bosquejo, se proyectó la idea de añadirle un recuadro, con el rótulo de
“Atlético Paraná San Nicolás”.
Adquirida definitivamente su identidad,
los aguerridos del cuartel, emprendieron su marca registrada, como el dueño de
un fútbol lujoso y efectivo; apareciendo siempre en los primeros puestos y
garantizando buenos partidos. Sin embargo, ninguna equipación, aseguró exaltar
e idolatrar la insignia del escudo, debido a que no se acostumbraba a utilizar,
en esos períodos.
Eso se solventó en 1985, cuando unos
creativos directivos, capitaneados por Pedro Dapello, esquematizaron el diseño
similar al del “Club Atlético River Plate”, destituyendo el color rojo por el
celeste y mostrando el acrónimo de “C.A.P”.
En 1992, el presidente Héctor Lagostena,
dispuso valerse de la ideología primitiva y adiestrar la importancia de los
orígenes; insertando nuevamente la “Torre” como fundamento de los primeros
pasos.
Al retorno de la misma, se le incorporó
en 1997 el lema “Ayer, hoy y siempre” por el presidente Ramón Colalucce y el
secretario Ernesto Landaburu, obtenida de la frase que adornaba las paredes del
patio de armas dentro del batallón.
Once años más tarde, la sub comisión de
futbol, encabezada por Martín Galán, reflejó una figura ajena a lo contemplado.
El cambio genuino, resaltó tras arduas acotaciones, la imagen ostensible del
“Club Atlético Plantense”, extrayendo el color marrón por el celeste, y
luciendo el nombre de “C.A. Paraná - San Nicolás, 22 de marzo de 1949”. Eso se
conservó hasta el año 2010, cuando la directiva presidida por Guillermo
Notturno sustituyó el escrito precedente, por la inscripción breve de “C.A.P”,
y mostrando una tonalidad más oscura del color celeste.