HISTORIAS: ESTADIO MANUEL LASANTA

Eran tiempos de apogeo del potrero, de contagioso entusiasmo a la hora de la siesta o en los paréntesis de descanso; en periodos románticos del fútbol, donde ya profesionalizado a nivel nacional, gobernaba la alegría de jugar, y la habilidad y picardía eran diamantes en bruto.

Corrían veintidós días del mes de marzo del año mil novecientos cuarenta y nueve, cuando varios intrépidos pertenecientes a la agrupación de zapadores pontoneros y un entusiasta grupo de vecinos amantes al deporte, se reunieron en asamblea a la vera del batallón con la excusa de apuntar al desarrollo de los ejercicios atléticos y confeccionar detalles para darle vida a un club.

El Suboficial Principal Amador Bustos fue elegido presidente de la institución, y bajo la mirada de decenas de testigos, se aprobó por mayoría de votos el nombre de “Paraná”, obedeciendo a su cercanía sobre la desembocadura del río de la ciudad. Hay relatos donde dicen que el club pudo haberse llamado "Sarmiento", pero esa votación en el cuartel no lo decidió. Una vez finalizado el acto ceremonioso, donde Carlos Granda, Andrés Miguel Ghio, Nicanor Aguila, Juan Ramón Gene, Dante Toselli, Camilo Aseff, Carlos Alberto Dall Zoto y otros tantos que secundaron a esa comisión se habían calzado un smoking para vestirse de gala y celebrar la ignaguración, se encargarían más tarde de presentar oficialmente la documentación necesaria para participar de los torneos de la “liga nicoleña de fútbol” y encaminar el proyecto para la construcción de una cancha que iba a estar destinada a que los hinchas locales se encargaran de que sus jugadores tomen ínfulas con sus cánticos de aliento.

A fines de marzo, la entidad paranaense finalizaría prácticamente las obras reglamentarias para que su “team”- vestido de celeste y blanco – diera riendas fijas a comenzar el campeonato de la liga, luego de la remarcable labor de dirigentes y seguidores que se exigieron de manera grotesca para la construcción de una estructura firme y que tuvo como resultado una digna admiración en aquella época.

El sitio definitivo que cobijaría a uno de los estadios más emblemáticos de la ciudad, se situaría en el corazón de Barrio Urquiza. Lugar que antiguamente se ubicaba la “Cárcel Departamental del Norte/ Cuarta Unidad Carcelaria”, comúnmente nombrada como la "vieja cárcel"; construida a partir del 16 de septiembre de 1872, y demolida en 1951, cuando en San Nicolás se inauguró la “quinta unidad carcelaria - Unidad Penal Nº 3 de la Provincia de Buenos Aires”. La parte trasera de estadio, daba a la actual calle Rivadavia y el frente de la misma a calle Alem y Necochea - y de la cual hoy, se le da ingreso a los simpatizantes visitantes.

NOTA: Giaroli Lucas